En verano, como todos los años, aprovechamos las horas de sol para ponernos morenos y lucir así un poco de color en la cara. Porque, todos lo sabemos, pasar las vacaciones “mediterráneamente” nos sienta muy bien. Sin embargo, a pesar de ser muy beneficioso para nuestro organismo, debemos tener cuidado a la hora de exponer nuestra piel. Y si los adultos deben tener precaución, los niños pequeños más aún. Por ello, hoy nos encargamos de daros los consejos más útiles para que la palabra “quemadura” sea una desconocida durante las vacaciones :)
Los más vulnerables… Los peques
Su protección debe ser extrema, sobre todo, si todavía son bebés. ¿Por qué? La razón más importante es la melanina. Su piel todavía es muy sensible y no ha desarrollado por completo la capacidad para segregar esta sustancia, indispensable para la protección cutánea. La consecuencia es una mayor facilidad para que se produzca deshidratación y quemaduras en la piel. Por este motivo, se desaconseja exponer al sol a los niños menores de seis meses.
En caso de salir a pasear, etc., lo más práctico es contar con barreras físicas, es decir, la sombrilla de la sillita, un gorro y ropa adecuada. En caso de que lo veas necesario, también puedes aplicarle una pequeña cantidad de crema solar. Respecto a este tema, en muchas ocasiones se ha mencionado que a esta edad no es conveniente aplicarles este tipo de productos. Sin embargo, hoy en día las opiniones han evolucionado mucho, y podemos encontrar en farmacias cremas protectoras específicas para bebés y niños con total ausencia de componentes químicos :)
¿Qué pasa a partir de los 6 meses?
Cuando cumplen esta edad, no hay muchos cambios respecto a las precauciones. Lo único que ocurre es que sus niveles de melanina ya son más elevados aunque todavía son menores que los de un adulto. Por tanto, pueden exponerse al sol pero, por supuesto, bien protegidos, con crema solar, y fuera de las horas centrales del día.
Ahora bien, ¿qué factor es el más recomendable para ellos? El más efectivo es el igual o superior a 30. Hay que tener en cuenta que cuanto más elevado sea el FPS, protegerá a los peques durante más tiempo.
De la misma forma que es importante el factor, también lo es la forma de poner la crema…¿Cúal es la manera correcta? ¡Atentos!
- Debemos extenderla bien haciendo hincapié en las zonas que son más propensas a las quemaduras: el cuero cabelludo, la nuca, las orejas, los pómulos, la nariz, los hombros, la zona superior de los muslos, la planta de los pies y el empeine.
- Debido a que el protector no empieza a hacer efecto hasta 20 minutos después, hay que aplicarla antes de salir de casa. Este detalle es muy importante, ya que estamos acostumbrados a poner la crema cuando ya estamos en la piscina o en la playa.
- Debemos renovar el protector solar constantemente.
- ¡No te fíes de los días nublados! Las radiaciones solares también atraviesan las nubes, por lo que no tenemos que dejar a los peques sin su protección diaria. Ocurre lo mismo con el agua ya que, a pesar de eliminar la sensación de calor, no filtra los rayos ultravioleta. De hecho, la posibilidad de insolación aumenta debido a que el sol se refleja en ella. Por tanto, de vez en cuando, sácales del agua para que estén un ratito a la sombra y se hidraten bien… Aunque sea a regañadientes ;)
- Es mejor renovar las cremas cada año, ya que el paso del tiempo, el calor o la luz pueden degradar sus componentes y no resultar tan eficaces. Generalmente, tienen 12 meses de caducidad, pero lo más fácil es mirarlo en cada envase.
- Gafas de sol…¡Importantísimas! Esto se debe a varios factores. En primer lugar, porque pasan más tiempo al aire libre, por lo que la exposición solar es mucho mayor. Por otra parte, hay que tener en cuenta que su cristalino deja pasar más radiación que el de un adulto. Es decir, sus ojos necesitan más protección que los nuestros. Debido a esto, es mejor elegirlas de buena calidad y que filtren el 100% de los rayos ultravioleta.
Pues con toda esta información, ya estáis preparados para inaugurar el tiempo de solecito y piscina sin ningún contratiempo. Y, recuerda, aunque los peques sean los más delicados, no te olvides tú misma de protegerte del sol. ¿Las claves? Utilizar una buena crema solar, evitar las horas centrales del día, hidratarse bien y no tomar mucho tiempo el sol que… ¡queda mucho verano por delante! :)