Durante el verano, cada vez es más frecuente ver a los niños pequeños con sus gafas de sol mientras juegan en el parque o en la playa… Y seguro que alguna vez habéis pensado “Es muy pequeño para llevar gafas de sol” o “ Ya se las pondrá cuando sea mayor”. Pues bien, en este post os damos las claves para que veáis la importancia de las gafas solares en bebés y niños.
Los ojos… Nuestro mayor tesoro
Los ojos de los bebés son más sensibles que los de los adultos a la radiación ultravioleta. De hecho, el cristalino de los bebés, que ejerce de filtro, aún no se ha desarrollado por completo y, antes del primer año de vida, deja pasar el 90 por ciento de la radiación UV, mientras que los adultos dejamos pasar sólo un 10%. Resumiendo ;) La retina de un niño recibe muchísima más radiación UV que la de un adulto.
¿Qué podemos hacer?
Aquí es donde entran en juego las gafas de sol. Con ellas prevenimos futuros problemas oculares. Además, si usamos otros elementos como gorras, sombreros o viseras, los niños será mucho mayor la protección frente al sol.
Aún con gafas solares, hay que vigilar que los niños no miren directamente al sol y evitar la exposición entre las doce del mediodía y las cuatro de la tarde. En cuanto a los bebés, no debemos exponerlos al sol ya que, como hemos explicado antes, su piel y ojos son mucho más sensibles.
Pero… ¡Atención!
Debemos tener en cuenta que, según un estudio elaborado por el Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas de España, el 93% de las gafas de sol vendidas en centros no sanitarios dañan la vista. Así que…¡Nada de gafas de juguete o compradas en mercadillos!
Por tanto…
Las gafas solares para niños son la solución perfecta para proteger a los más pequeños de la casa. Además, a ellos les encanta y les hace sentirse mayores :) Pero no debemos olvidar que no son un juguete y es muy importante que les enseñemos a utilizarlas.