Como muchos ya sabéis, la estimulación infantil consiste en aprovechar el entorno y aplicar una serie de actividades y técnicas para que el bebé pueda desarrollar al máximo su capacidad física, intelectual y social, aumentando además el vínculo afectivo. Por ello, os damos unos pequeños consejos para que este método se convierta en una rutina en la que podréis disfrutar en familia desde el primer momento :)
El vientre materno… el primer escenario de estimulación
Para sorpresa de muchos, es en el útero donde realmente el bebé comienza a estimularse, ya que se encuentra en contínuo desarrollo y sus sentidos empiezan a agudizarse y prepararse para todo lo que le espera fuera. Precisamente por eso, la madre debe estar en un entorno tranquilo, con el fin de que el bebé pueda percibir todo lo que sucede en el exterior de la forma más relajada posible.
Existen formas muy sencillas de realizar este tipo de estímulos cuando el bebé se encuentra todavía en nuestra tripa. Una de ellas es hablarle como si estuviera con nosotros. Otras son ponerle música, que ayuda a favorecer la actividad cerebral, o acariciar el vientre, ya que es un estímulo que el bebé siente de forma indirecta mediante el calor, el movimiento y la vibración. Además, no olvides que toda la familia puede participar durante estas técnicas de estimulación permitiendo que el bebé se familiarice con su futuro entorno. Así que, ¡No esperéis a que nazca para hacer las presentaciones! ;)
Tras el nacimiento…¡Qué comiencen los juegos!
La estimulación del recién nacido empieza desde el primer momento… el olor de la madre, su voz, sentir el calor de su piel… Para ellos todo es nuevo. Por eso, es importante que durante los primeros meses de vida, el bebé reciba estímulos para sus cinco sentidos.
Estar en brazos. El principal juguete del bebé son sus padres. Por eso, estar en brazos de mamá y papá, escuchar su voz, reconocer su olor, recibir mimos, mecerle… son juegos de estimulación perfectos para nuestro bebé, además de fortalecer nuestro vínculo afectivo. También puedes aprovechar y ofrecerle tu dedo para que juegue con él… De esta manera también estarás estimulando su sentido del tacto.
Boca abajo. Se trata de una postura muy importante para el desarrollo de nuestro bebé, ya que ayuda a conseguir una buena extensión de la columna y es la fase previa para que pueda darse la vuelta o gatear. Eso sí, para que se mantengan en esta postura sin quejarse hay que tenerlos entretenidos. ¿Cómo lo hacemos? Muy sencillo :) Pon a tu bebé boca abajo, con juguetes y objetos de colores o que hagan sonidos que llamen su atención… ya verás cómo se fijará en ellos e intentará cogerlos. Otra opción es tumbarnos junto a nuestro bebé de forma que nos pueda ver y hacerle mimos y carantoñas.
El baño. El ritual perfecto previo al sueño, ya que les relaja y les divierte. Sentir el agua sobre su piel, tocar el jabón y la espuma, chapotear, observar los juguetes que flotan e intentar cogerlos… vamos, ¡Todo un festival para los sentidos! :)
El paseo. Esta actividad es la ideal para que nuestro bebé experimente todo tipo de sensaciones, además de ser muy beneficioso para que pueda absorber vitamina D para sus huesos ;) Mediante el paseo, nuestro pequeño podrá percibir otros sonidos, olores y colores, variaciones de temperatura e incluso escucharnos en una situación diferente de la habitual. Y si ya es capaz de mantenerse sentado, deja que experimente en el parque con las texturas de la arena, las piedras, las hojas o las plantitas. ¡Disfrutará muchísimo!
La cuna. Como los bebés pasan muchas horas en su cunita, hay que ser prácticos y entretenerlos para que jueguen ellos solos. Una opción perfecta para ello son los móviles de cuna, ya que además les proporcionan estímulos visuales y auditivos. También los peluches o los gimnasios de cuna que emiten sonidos les estimula su sentido del tacto y les ayuda a empezar a descubrir las relaciones de causa-efecto. ¡Ojo! Es importante cambiar los juguetes de cuna de vez en cuando, para que sigan descubriendo nuevos estímulos..
La comida. Durante el primer semestre, el principal alimento de los peques es la leche materna. Pero a partir de los 5 ó 6 meses comienzan a probar otros alimentos… Es ahí donde les tenemos que dejar experimentar un poco. Tocar la comida para sentir su textura, saborearla, observarla… Así lo verá como algo entretenido y no como un momento aburrido ;)
Ya verás como, siguiendo estos pequeños consejos, tu bebé pasará unos ratos muy divertidos mientras aprende rodeado de los que más le quieren:)