Tener mayor sensibilidad en los pechos es uno de los primeros síntomas del embarazo y comienza, normalmente, entre las 4 y las 6 semanas de gestación.
Esto se debe a los cambios hormonales, propios del embarazo, que producen un mayor flujo sanguíneo y cambios en los tejidos de la mama. Por eso es muy probable que si estás embarazada, en las primeras semanas sientas los pechos algo hinchados y más sensibles al tacto que de costumbre. Tranquila porque no será así durante los 9 meses ;) sólo hasta que tu cuerpo se acostumbre a la nueva situación.
Pero eso no es todo. A las ocho semanas, aproximadamente, los senos también comienzan a crecer hasta el final del embarazo. Lo habitual es aumentar entre una y dos tallas de sujetador, sobre todo, cuando es el primer bebé.
Aquí es cuando vas a necesitar una rutina muy estricta de hidratación de la zona. Si la piel del pecho está seca y se va estirando, lo más seguro es que acaben por salirte estrías. Así que hidrátala bien no sólo con cremas y aceites, sino también bebiendo mucha agua
Otro cambio visual puede ser el aumento y oscurecimiento de los pezones. Algo muy razonable teniendo en cuenta que la naturaleza es sabia y quiere definir claramente el lugar del que el bebé puede sacar comida. Además, los pequeños y habituales bultitos que tienen las mujeres en las areolas (llamadas glándulas de Montgomery) también se hacen más pronunciadas con el fin de prepararse para la lactancia.
Y, finalmente, hacia el tercer mes de embarazo, los pechos comienzan a producir calostro, algo que algunas mujeres podrán comprobar en los últimos meses al segregar una pequeña cantidad de esta sustancia espesa y amarillenta antes de dar a luz.
Así que, teniendo en cuenta todos estos cambios, lo mejor es que te prepares para ir adaptando tu ropa y complementos a la evolución de esta zona del cuerpo. Por ejemplo, deja de utilizar sujetadores con aros y úsalos de algodón y sin costuras para evitar los roces. Una opción muy válida pueden ser los sujetadores especiales para embarazadas, que tienen tiras más gruesas para que no se claven en los hombros, una construcción sólida y varios cierres atrás para irse adaptando el crecimiento de la caja torácica.
Por último, hay que destacar que es particularmente importante usar un sujetador que aguante bien los pechos y sea cómodo mientras se hace ejercicio. Un sujetador deportivo te proporcionará la sujeción adicional que necesitas y te aliviará el dolor.