Hace poco os contábamos los beneficios que tiene el deporte a la hora de prevenir el cáncer, sobre todo el de mama y el de colon, además de mejorar la calidad de vida en caso de padecer esta enfermedad. Hoy queremos centrarnos un poquito más en este segundo punto. ¿Por qué? Muy simple. Durante el proceso de quimioterapia nuestro cuerpo se enfrenta a una dura etapa en la cual la debilidad y la fatiga se proclaman claros ganadores. Esto conlleva a que dejemos el tema del ejercicio físico para más adelante, ya que en esos momento no tenemos ni fuerza ni ganas de hacer nada.
Ahora bien… ¿Y si os dijéramos que el deporte es clave para sentirnos fuertes durante la quimioterapia? ¿Y si os dijéramos que nos ayuda a disminuir algunos de sus efectos secundarios? Tomad nota…
Efectos secundarios… Nuestro mayor rival
Hoy en día, afortunadamente, las secuelas de la quimioterapia han disminuido de forma considerable respecto a las de hace algunos años gracias a la aparición de nuevos fármacos para este fin. Aún así, este problema sigue provocando que algunos pacientes no puedan completar su tratamiento tal y como estaba planteado, por lo que el oncólogo se ve obligado a ajustar la dosis en función del estado del paciente.
Ahora bien, ¿qué tiene que ver el deporte con este dato? Resulta que varios estudios han constatado que la actividad física durante la quimioterapia reduce las posibilidades de sentir algunos de sus efectos adversos como la fatiga, las náuseas o el malestar general.
De momento suena bien, ¿no? Ahora viene la pregunta del millón. ¿Qué tipo de ejercicio es el más recomendable? Como es lógico, dependerá del nivel que tuviese cada uno antes de padecer la enfermedad.
Nuestra fórmula óptima es la siguiente: caminar + entrenar :)
Con el primero de ellos, además de mantener en forma el sistema cardiovascular, conseguimos establecer una rutina: salir de casa, que nos dé el aire…Todo ello nos genera un aumento de dopamina que se traduce en algo muy importante, sentirnos bien anímicamente.
Ahora vamos con el entrenamiento… ¿Por qué es tan importante? Sencillo. Para mantenernos fuertes. Y qué queréis que os diga, creemos que durante la quimioterapia eso es algo que se echa en falta.
Para realizarlo de forma adecuada debemos ponernos en manos de un entrenador personal especializado en ejercicio físico y cáncer. Está persona será la encargada de supervisarnos para mantenernos en nuestro nivel de forma controlada.
¿Y qué pasa si nos encontramos bastante mal?
Tranquilos, somos conscientes de que, durante la quimioterapia, no todos los días son iguales, habiendo periodos en los que nuestro cuerpo nos pida un poco de tregua. En esos días, lógicamente, el ejercicio tendrá que ser más moderado, pero, ¡ojo!, por lo menos tenemos que intentar no quedarnos en la cama… ;)
En definitiva, hace unos años la filosofía era que los pacientes con cáncer tenían que cuidarse, tomárselo con calma y no hacer mucha actividad. Sin embargo, cada día queda más demostrado que durante esta enfermedad es igual o más importante mantenernos activos para que nuestra calidad de vida se vea lo menos afectada posible. Yo creo que merece la pena probarlo, ¿no? :)