La gran mayoría de las pacientes, acude a rehabilitación de suelo pélvico durante el embarazo, en el postparto o por incontinencia urinaria en edad avanzada. Pero a menudo nos encontramos con pacientes sin haber dado a luz o de edad joven con problemas al mantener relaciones sexuales. Este tema tan tabú en nuestra sociedad es algo que afecta según la OMS a un 8% – 22% de las mujeres.
Las disfunciones más frecuentes son la dispareunia, la vulvodinia, la neuropatía del nervio pudendo y/o el síndrome miofascial de suelo pélvico. Y pueden presentarse de forma aislada o combinada.
Las principales causas son:
– Lubricación insuficiente.
– Lesiones, traumatismos o irritación.
– Inflamación, infección o trastorno en la piel.
– Vaginismo.
– Anomalía congénita.
– Ciertas enfermedades y afecciones.
– Cirugías o tratamientos médicos.
– Problemas psicológicos.
– Estrés.
Desde la SEGO (Sociedad española de ginecólogos y obstetras) el consejo que nos dan y el más importante es que las personas que padezcan este tipo de “problemas”, lo comparta. Y busque ayuda con su ginecólogo para poder determinar la causa del dolor y trabajar en una solución para este, entre todos los especialistas. Tanto ginecólogos, psicólogos y fisioterapeutas.
En tu mano esta cambiar la situación. Pero no debemos normalizar el dolor.
