Seguro que alguna vez has escuchado o pronunciado frases como «¿así está bien?», «es tan pequeño…», «parece que se va a romper», «mejor cógelo tú, que no quiero hacerle daño». En realidad, casi todas las personas que se estrenan con un bebé en los brazos expresan ese temor… Incluso los padres, si son primerizos, se sienten algo torpes y temerosos al coger a su hijo recién nacido.
Pero… ¿sabéis qué? No son tan frágiles como parecen
Obviamente, hay que tratarlos con cuidado, pero también con movimientos seguros y decididos. A continuación os damos algunos trucos fundamentales para que coger a nuestro bebé no se convierta en un agobio para nosotros.
En primer lugar, es fundamental sostener bien la cabeza y el cuello, sobre todo durante los primeros meses, ya que al principio el recién nacido no tiene fuerza suficiente para mantenerse erguido por sí solo.
Otra parte del cuerpo que hay que cuidar es la espalda: la del bebé y la propia. En el caso del pequeño, siempre debe estar bien apoyada en el brazo que lo sostiene. En cuanto a nosotros, es importante mantener una buena postura corporal, evitar movimientos bruscos y posturas forzadas.
“ Lo más importante es generar al bebé seguridad y estabilidad mediante movimientos suaves pero firmes, teniendo vigiladas las 3 partes más importantes: cabeza, cuello y espalda”
Elena Neila, fisioterapeuta obstétrica
Hay muchas formas de coger a nuestro bebé en brazos. ¡Os damos algunas ideas!
- La postura más clásica es la de poner al bebé recostado en el antebrazo. Con tu mano sujetas su trasero y el ángulo del brazo le sirvirá para recostar la cabeza. Mientras, el otro brazo, reforzará por debajo la sujeción. Esta postura es perfecta para que se calme y se quede dormido.Si has tenido una cesárea, puedes utilizar esta forma clásica, pero sujetando al bebé en el costado, así evitarás que te roce y te pueda doler.
- Otra forma es con su cabecita apoyada en tu hombro mientras que con un brazo sujetas el “culete”. Recuerda que cuando son muy bebés, no tienen fuerza en los músculos del cuello, por lo que es importante que utilices la otra mano para proteger y estabilizar su cabecita.
Tranquil@s, al final acabaréis por convertir@s en unas expert@s. Sólo hay que encontrar aquella que más seguridad nos dé.
Por último, es igual de importante aprender a soltar a nuestro bebé, ya que no se puede hacer de cualquier modo. Por ejemplo, cuando vamos a acostarlo en la cuna, debemos inclinarnos todo lo posible sin despegarlo de nuestro cuerpo y sin dejar de sostenerle la cabeza. Esta debe ser la última parte del cuerpo que soltemos, haciéndolo cuando el bebé se encuentre acostado en posición horizontal.
Algunas recomendaciones :)
Es muy común ver a un bebé llorar y, seguidamente, a un adulto zarandeándole mientras le dice o le canta algo.. Pues bien, pese a que es algo que está muy bien visto, no está muy recomendado por los especialistas, ya que les mareamos y dejan de tener estabilidad…Vamos, que están como en una montaña rusa ;) Si queremos hacerlo de forma correcta, la mejor manera de calmar al bebé cuando llora es darle seguridad, acercándolo a nuestro cuerpo para que se sienta arropado y protegido como cuando estaba en el útero materno.
¿Y qué pasa si a nuestro bebé le quiere coger todo el mundo? ¿Es bueno para él? Tranquilos…No hay problema en que cambie de manos. De hecho, es muy positivo que se acostumbre a otros brazos que no sean sólo los de sus padre, generándole mayor confianza y seguridad en sí mismo y en los que le rodean. Eso sí, es importante que los adultos no se les olvide lavarse las manos antes de cogerle y que no estén frías.
¡Y recuerda! Suavidad y seguridad ante todo…Verás que, si sigues nuestras recomendaciones, tu bebé estará encantado de que le cojas una y otra vez! :)