Por fin llegaron las vacaciones... Tiempo de desconexión con vistas a la playa o a la montaña ;) Pero, como en todo, hay una parte menos bonita… Hacer las maletas. Aquí la organización depende de cada uno. Sin embargo, hay cosas imprescindibles que debemos poner al principio de la lista…Y es que, a veces, no nos damos cuenta de su importancia. ¿Un ejemplo? El botiquín de viaje :)
¿Por qué es tan importante?
Porque nos puede sacar de grandes apuros. Esto no significa que sea, ni mucho menos, un sustituto del médico. Si el caso es grave, siempre debemos acudir al hospital. En cambio, para los accidentes leves, ya sea una indigestión, un pequeño corte o una leve quemadura, el botiquín puede ser nuestro gran aliado y hacer que nuestras vacaciones sigan su curso.
Así que, vamos a tomar nota para preparar el botiquín perfecto :)
En primer lugar, los básicos:
- Gasas Estériles.
- Algodón hidrófilo.
- Vendas de fijación elástica, tiritas, esparadrapo.
- Tijeras de punta redonda y pinzas.
- Agua oxigenada y alcohol 96º.
- Toallitas antisépticas.
- Guantes de cura estériles.
- Antiséptico.
- Termómetro clínico homologado.
Una vez organizado lo anterior, debemos pensar en los posibles riesgos que puedan ocurrir durante nuestro viaje para determinar qué medicamentos “extra” debemos incluir en nuestro botiquín. Para ello, es esencial tener en cuenta una serie de preguntas:
¿Viajamos solos o en grupo?
¿Viajarán niños o personas mayores?
¿Alguno necesita una atención médica especial?
¿Cuál es el destino y la duración del viaje?
¿Qué actividades haremos?
¿A qué distancia nos encontraremos de un centro médico o una farmacia?
¡Ya casi lo tenemos! :) Ahora vamos a ayudaros un poco poniendo ejemplos de situaciones que suelen ocurrir con frecuencia durante las vacaciones…
Algo muy común son los trastornos digestivos. Por ello, no está de más incluir en nuestro botiquín antidiarreícos y suero oral (para la rehidratación).
También podemos incluir en la lista medicamentos para evitar los mareos.
Las quemaduras solares. Todo un clásico. Para ello recurriremos a los más que conocidos productos de protección del sol, como cremas, leches, lápices labiales y “aftersuns”. Aunque esto también debería ser un básico en nuestra maleta, os lo recordamos por si se os han olvidado ;)
Picaduras de insectos, irritaciones cutáneas, quemaduras leves o reacciones alérgicas. En estos casos, lo más recomendable son los repelentes de insectos (barra, leche, aerosol o loción), corticoides (pomada) y antihistamínicos.
Dolores y traumatismos leves. Para ello, es aconsejable meter en el botiquín ibuprofeno (analgésico y antinflamatorio), paracetamol (único indicado como analgésico y antipirético para las embarazadas).
¿Y si hemos sufrido alguna contusión, torcedura o golpe? Lo mejor es tener a mano antiinflamatorios, ya sean en gel, spray, pomada o aerosoles.
Ahora sí que lo tenemos… Un botiquín de lo más completo para disfrutar de nuestras más que merecidas vacaciones. Ahora sólo nos queda descansar y disfrutar a lo grande:)