Hacer ejercicio y practicar algún deporte es sano y recomendable pero siempre con cabeza y de la mano de profesionales. ¿Por qué? Para evitar posibles lesiones :) Las que suceden de manera accidental son difíciles de controlar pero aquellas que se producen bien por realizar el entrenamiento de manera inadecuada o por utilizar un equipo inapropiado se pueden prevenir.
Para empezar, un tema importante es ser conscientes de nuestra condición física para exigirnos, en un primer momento, el esfuerzo adecuado a nuestras posibilidades. Todo a su debido tiempo ;) Sin prisas…
Después toca calentar y estirar. Todos lo sabemos… Cierto… ¿Pero quién lo hace? Bien, bien… muy pocos, y así es como llegan muchas de las lesiones deportivas más habituales. Por ejemplo, los esguinces, que afectan a los ligamentos o tendones. Éstos podemos evitarlos aumentando la intensidad del ejercicio progresivamente y calentando previamente para que la sangre fluya al músculo.
Y ¿quién no ha sufrido alguna vez un calambre? Ese dolor agudo que suele producirse en la zona de las espinillas… ¿Y tirones en la espalda o en la ingle después de practicar deportes como el pádel, tenis, fútbol…? Asimismo, son habituales algunas lesiones de rodilla, desgarros musculares…
Nosotros, por el momento, preferimos tonificar y cuidar nuestro cuerpo a través del Método Pilates, el Aquagym o el yoga de la mano de nuestros fisoterapeutas expertos. Así minimizamos riesgos mientras practicamos disciplinas controladas.