Muchos padres dudamos sobre cuál es la mejor posición para colocar a nuestro bebé. En realidad, todo depende de la actividad que estén haciendo en ese momento. Por tanto, lo mejor es saber los beneficios de cada postura y así poder sacar provecho para que nuestros hijos crezcan sanos y fuertes :)
Comenzamos con la postura boca arriba… ¿Qué le aporta a nuestro bebé?
Se trata de la postura más recomendada a la hora de dormir. Hay que tener en cuenta que al principio les puede resultar un poco incómoda pero, tranquilos, es normal. Los recién nacidos tienden a dormirse de lado o boca abajo, sobre todo cuando se relajan sobre el pecho de los padres. Por eso, lo mejor es ir acostumbrándolos para que se convierta pronto en un hábito.
Lo realmente importante de esta postura es que ha conseguido reducir los casos de muerte súbita del bebé a más de la mitad. Por eso, los pediatras insisten en mantener a nuestros hijos en esta posición mientras duermen. Pero… ¡ojo! Estas indicaciones son para los primeros meses de vida. Una vez que nuestro bebé pueda girarse y colocarse por sí mismo, él debe ser quien elija su postura más cómoda ;)
Entonces…¿Cuándo les ponemos boca abajo?
Esta posición es buena cuando nuestro bebé está despierto, entretenido y vigilado.
En este caso, los beneficios se centran en su desarrollo y percepción sensorial. Por un lado, les ayuda a conseguir una buena extensión de la columna y, por otro, adquieren el tono muscular necesario para, primero, sujetar la cabeza y, posteriormente, realizar otras actividades como darse la vuelta, levantarse con los brazos o gatear. ¡Así conseguiremos que tengan más fuerza y coordinación en los músculos! :)
Además,, estar boca abajo les proporciona una perspectiva diferente y completamente nueva de todo lo que les rodea, siendo un estímulo perfecto para desarrollar la percepción sensorial.
Consejillos! ;) Podemos utilizar una mantita de actividades en la que tumbarle boca abajo y jugar con él con un muñeco o juguetes fáciles de coger. Otra opción es ponernos a su nivel y cantarle, sonreirle o hablarle para llamar su atención y que lo asocie a un rato divertido. Y ¡apunta! un buen momento para que el niño empiece a jugar boca abajo es después de cambiarle el pañal o del baño. Lo perfecto sería escoger un momento del día en que el bebé esté atento, alegre y con ganas de jugar.
Y si todavía tienes dudas… ¡Pregúntanos! :) Nos encanta ayudarte